Los albañiles normalmente utilizan recipientes dónde mezclan los elementos para formar el mortero. Además normalmente utilizan los ladrillos saturados de agua, una plana de madera y un juego de herramientas que están compuestas por maestras, lienza y clavos. Dentro de la albañilería podemos encontrar diversos tipos que están determinados por el tipo de edificación que se esté llevando a cabo.
Los tipos de albañilería existentes son la albañilería simple, albañilería armada y albañilería reforzada. La albañilería simple es la de uso tradicional y su desarrollo se ha realizado a lo largo del tiempo por experimentación. En esta albañilería simple los únicos elementos que se utilizan son el ladrillo y el mortero, podríamos decir que los albañiles fueron los primeros constructores de la historia.
Con esos dos elementos estructurales se resisten todas las cargas que afecta a la construcción. Estos trabajos de albañilería tienen que lograr que la disposición de los elementos sea tal que las fuerzas que interactúen se encuentren en equilibrio para que de esa manera las edificaciones se mantengan en pie. Una buena albañilería puede aumentar la venta de viviendas.
La albañilería armada es aquella que utiliza el acero como refuerzo en los muros que se construyen. Los refuerzos principales son los tensores y escalerillas. Estos refuerzos se encuentran insertos en los cimientos o en los pilares de la construcción. El tipo de ladrillo que se encuentra en este tipo de albañilería es el ladrillo mecanizado que permite, por su diseño, el poder insertar tensores en la estructura.